Gallinas de raza

Existen algunas gallinas de raza muy raras y difíciles de encontrar; otras son muy difíciles de manejar para alguien que no tiene experiencia. Por otra parte, existen otras conocidas por su nerviosismo, excitabilidad y es mejor evitarlas si tiene niños.

Sin embargo, incluso tachando esas gallinas de raza de su lista, aún quedan muchos entre las que escoger. Una buena forma de facilitar el proceso de decisión es determinar que espera de sus gallinas de raza. Si desea una buena ponedora de huevos y tal vez un pollo para cocinar de vez en cuando, estará aplicando un criterio muy claro acerca de lo que quiere comprar. En cambio tal vez desee adquirir gallinas de raza de exposición u ornamentales. El color y patrón de las plumas tal vez le importe, y el tamaño, en especial si se dispone de un espacio reducido. 

Si se decanta por un enfoque tradicional o anda tras apasionantes combinaciones de plumaje, carne o huevos con colores de cáscara poco habituales, tal vez deba considerar las gallinas de raza. Las gallinas de raza son aves muy indicadas para cuidarlas en el ambiente doméstico como para el mundo de los concursos. 

Si va a escoger entre las gallinas de raza, dispondrá de una amplia gama de colores, tamaños y tipos de comportamiento, como observará si echa un vistazo a todas las gallinas expuestas anteriormente. Es más, el hecho de que esas gallinas de raza hayan existido durante años hace que, para mucha gente, intervenga un factor histórico o emocional en el momento de la elección. Muchos criadores, por ejemplo, recuerdan que sus padres o abuelos tenían una gallina de raza concreta, y sólo por esta razón existe un vínculo emocional con esta raza.

También hay que tener en cuenta el tema de conservación de gallinas de raza. El hecho de que el criador esté contribuyendo con un trabajo innegablemente, valioso, seleccionando y manteniendo con esmero un grupo de gallinas de raza de gran valor es muy satisfactorio. Algunas de las gallinas de raza más raras mantienen poblaciones alarmantemente pequeñas, y no se habrían salvado sin los esfuerzos de los propietarios entusiastas que están dispuestos a invertir el tiempo y el trabajo necesarios para asegurar su continuidad.